MAR DEL PLATA.- Una alumna del último año del nivel secundario, oriunda de la ciudad bonaerense de Mercedes, murió al caer por la ventana de la habitación del hotel donde se alojaba junto a compañeros de colegio con los que compartía en esta ciudad su viaje de egresados. Ocurrió esta madrugada en un establecimiento céntrico, en momentos en que el grupo de adolescentes había regresado para descansar luego de una salida a un local bailable programada dentro de la agenda de actividades.
Personal policial y médico respondió pronto al aviso que dieron responsables del hotel Gran Mar del Plata, ubicado en Rivadavia 2235, y coordinadores del grupo. Según fuentes de la investigación, el fallecimiento de la menor fue inmediato. El fiscal Leandro Arévalo, a cargo de la investigación, por primeros elementos de prueba logrados en el edificio y entre los testigos dio por seguro que “fue un hecho accidental” y que “pudo haber incidido consumo de alcohol”.
Fuentes consultadas por LA NACIÓN indican que la víctima fue identificada como Aylén Kuhn, tenía 17 años, era alumna del colegio San Antonio de Padua y llevaba varios días en Mar del Plata con sus compañeros, como parte del viaje de fin de curso que finalizaba este sábado, cuando iban a partir de regreso a la ciudad de origen. El viaje de egresados se realizó por medio del programa bonaerense impulsado por el gobernador Axel Kicillof, que financia este tipo de excursiones y que ya va por su tercera edición.
El fiscal solicitó la pronta autopsia del cuerpo para confirmar las causales de muerte. Si bien aguarda ese informe, por primeros testimonios recibidos aseguró que se trató de un hecho accidental. “Volvieron de bailar, se reunieron algunos chicos en esa habitación y la víctima se asomó a un paredoncito del balcón y se cayó”, describió.
La hipótesis principal es que la menor perdió el equilibrio y no descartó que pudiera estar afectada por el consumo de alcohol, ya que venían de una de las noches que dedicaban a fiestas en discotecas. Arévalo destacó además que, de acuerdo a la primera vista sobre el cuerpo que tomaron los especialistas de Policía Científica, no había lesiones ni otros indicios que hicieran presumir algún tipo de ataque o gestos de defensa.
La menor compartía la habitación del octavo piso con algunas compañeras, a las cuales se les iba a tomar testimonio apenas estuvieran en condiciones dado que todo el contingente estaba impactado y en crisis emocional por lo sucedido.
El contingente, se pudo conocer, tenía coordinadores de viaje a cargo y al menos una madre de una alumna que los acompañaba durante la estadía. Fue ella la que, trascendió, comunicó la tragedia a la familia de la adolescente fallecida.